Los lechones pasan de un ambiente cálido, como es el útero de la cerda (39 ºC), a un ambiente frío y húmedo como es la sala de parto (20-24 ºC), lo que provoca que durante los primeros 30 minutos de vida los lechones puedan perder de 3-5 ˚C de su temperatura corporal. Cuanto más pequeño es el lechón más temperatura pierde y más le va a costar recuperarla. El lechón pequeño puede tardar dos días en recuperar su temperatura fisiológica, durante ese tiempo muchos de ellos van a morir por hipotermia. Los lechones recién nacidos no tienen mucha capacidad para producir calor ni cuentan con reservas energéticas adecuadas. No obstante, el lechón puede llevar a cabo algunos ajustes fisiológicos y etológicos que le permitan hacer frente a la hipotermia en los primeros momentos; entre los primeros podemos citar: vasoconstricción, piloerección y disminución de la circulación periférica; y entre los ajustes etológicos: cambios posturales y amontonamiento entre los propios lechones. El lechón adopta estas posturas de defensa frente al frío para reducir la superficie corporal que es capaz de disipar calor por convección y radiación.
Por ello, el manejo de la sala de partos debe proporcionar una temperatura ambiente adecuada para la zona de los lechones entre 35-37 °C, Una fuente de calor adecuada ya sea calentadores a gas o láminas térmicas permitirá varios beneficios.
- Que los lechones cuenten con un espacio seguro y cálido donde poder dormir y descansar lejos de la cerda, con esto reducimos la mortalidad en los primeros días principalmente por aplastamiento de la madre.
- Reducción de gasto energético excesivo, por ajustes fisiológicos por termo regulación.
- Confort. para que los lechones tengan un consumo de leche de manera eficiente y contribuir en mejorar el peso al destete.
- Evitar diarreas mecánicas por frío.